Esta
mañana les recordó a los jóvenes de Madrid el testimonio de San Rafael Arnaiz
quien estudiando en la facultad de arquitectura poseía una vida asegurada. Nos
cuenta de los escritos del santo: “le di a Dios mi persona, mi carrera, mi
familia, pero me faltaba entregarle mis deseos de ser monje y de ordenarme”. El
Obispo concluyó que ser testigo de la fe es poder entregarlo todo para en ese
momento recibirlo todo de Dios; esto es ser testigos de Jesucristo.
14:22
Comparte:
0 comentarios: